201601.20
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El Futuro de la Privacidad y los Datos Personales

El futuro de la privacidad y los datos personales es complejo, ya que es un sector que se encuentra en permanente evolución. Los datos susceptibles de ser considerados datos personales (según el artículo 3 de la lopd dato personal es “cualquier información concerniente a personas físicas identificadas o identificables”, es decir, aquél que permita identificar a una persona y/o conocer características privadas de ella) y los tratamiento que pueden aplicarse a los mismos no dejan de crecer y evolucionar con el paso del tiempo. Por poner un ejemplo, actualmente la tecnología permite conocer la geolocalización de una persona en tiempo real, lo que lo ha convertido en un nuevo dato personal que antes no existía. Y este es el tema que vamos a tocar en nuestro primer post sobre el Data Privacy Day.

Como respuesta a esta situación la legislación aplicable a este ámbito debe adaptarse a las nuevas realidades. Recientemente el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo han aprobado, tras años de deliberaciones, el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos, donde se recogen de forma exhaustiva todas las novedades aplicables a este ámbito. Asimismo, las administraciones deben también crear entidades que regulen y controlen la aplicación práctica de la normativa, como en Andalucía donde también recientemente se ha nombrado director para la Agencia Andaluza de Protección de Datos ante una próxima puesta en marcha de dicha agencia.

Podría pensarse entonces que está ya todo regulado, legislado y bajo control, ¿no es así? Nada más lejos de la realidad. El futuro de la privacidad y los datos personales está bajo la influencia de nuevas tecnologías, avances en tecnologías actuales o la universalización de tecnologías antes experimentales o al alcance de unos pocos que ya se asoman y prometen crear nuevos retos en este ámbito. Por poner solo unos ejemplos:

  • Big Data y sus enormes posibilidades de gestión de datos, entre las que se encuentran relacionar datos sin aparente conexión entre ellos, crear perfiles de personas, parametrizar comportamientos y realizar predicciones (por ejemplo de consumo).
  • La geolocalización en tiempo real, ya comentada anteriormente, con la consiguiente pérdida de privacidad y estudio de hábitos de comportamiento del individuo.
  • Los drones, con los que teóricamente cualquier persona puede ser grabada en cualquier lugar y en tiempo real, tanto en video como en audio, sin ser consciente ni del hecho ni del destinatario de las grabaciones.
  • Nuevos datos biométricos, con los que los datos personales de las personas llegan a extremos físicos (ojos, voz, etc…) impensables hace unos años.
  • El Internet de la Cosas (IOT), en el que prácticamente cualquier objeto o prenda de vestir podrá estar conectada a Internet, lo que será una fuente invaluable para conocer los hábitos y comportamientos de las personas.

Como podemos ver, los retos que el futuro de la privacidad impone a los legisladores para mantener la legislación actualizada son enormes. Pero aún más importante, somos las propias personas las que tendremos que estar más alerta que nunca durante los próximos años para proteger y defender nuestra privacidad y datos personales.

Incluso cuando, en un futuro lejano, nos hayamos transformado en consciencias digitales habitando un mundo virtual dentro de gigantescos servidores. ¿O quizás no tan lejano…?

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